¿Qué se trae entre manos el presidente?
Leopoldo Mendívil
Siempre he dicho que López Obrador va dos pasos delante de todos, por lo que no me queda nada clara esta batalla a muerte electoral contra Xóchitl Gálvez, que parece contraproducente para él. Veamos, senador Armenta:
Primero. Si alguien está inflando esa candidatura es el propio AMLO. Todo lo que el presidente dice es nota en medios y redes sociales, por lo que al hablar de ella una y otra vez, le regala espacio y, además, la atención de la gente.
Segundo. Al señalarla tan definitoriamente y con tanto enojo, ha colocado a Gálvez como el adversario a vencer. Sin embargo no le ha resultado, pues una y otra vez doña Xóchitl ha desarticulado los ataques con ironía y eficiencia. Luego entonces, no tendría sentido continuar por ese camino.
Tercero. Gálvez no está contendiendo con AMLO, sino con Claudia Sheinbaum. Cuando don Andrés toma las armas en contra de XG, empequeñece y hasta deslegitima a su favorita, pues proyecta que ella puede aventajar a las otras corcholatas, pero no a una candidata de la oposición.
Los números lo demuestran, don Alejandro. En el último reporte de la conversación sociodigital (MW Group, 6-12/07/2023), Sheinbaum tuvo un alcance de 60 millones de personas, 28 por ciento menos que Gálvez, quien llegó a 83 millones. En cuanto a las menciones positivas, la morenista acumuló 58 por ciento y la frentista 67 por ciento.
Cuarto. El presidente está corriendo riesgos innecesarios y con consecuencias legales. Aprovechando que todavía no ha recibido las notificaciones del INE y del Tribunal Electoral que le prohíben referirse a XG, volvió a la cargada en la mañanera del viernes y, más aún, vía Twitter difundió una lista de contratos obtenidos por las empresas de Gálvez, por mil 400 millones de pesos, de los cuales solo 76 corresponden a distintas dependencias federales y el resto serían -si es que la cifra es correcta- con la iniciativa privada y que en nada deberían importar al gobierno.
El presidente nunca ha respetado las normas, pero ahora sí que se excedió: Violó las leyes relativas al secreto fiscal y los datos personales e hizo un uso ilegal de los recursos del Estado con fines político-electorales.
Gálvez denunciará penalmente a López Obrador, lo cual supondrá un camino tortuoso: De acuerdo con el artículo 108 Constitucional, el presidente SÍ puede ser enjuiciado por “corrupción, delitos electorales y todos aquellos delitos por los que podría ser enjuiciado cualquier ciudadano o ciudadana.”
La denuncia debe presentarse ante el Senado (Artículo 111) y se apoyará en el tipo de conductas sancionadas por el artículo 110 Constitucional: “manejo indebido de fondos y recursos federales”. La sanción tanto para este delito como el de violación del secreto fiscal, supone “la destitución del servidor público y su inhabilitación”.
Lamentablemente, el castigo no llegará aunque la demanda esté perfectamente sustentada en lo legal, pues requiere del voto de las dos terceras partes de los senadores y los morenistas votarán en contra, ¿verdad, don Alejandro? Supongo que a eso se confía AMLO…
Quinto. Sin embrago, desde que se interponga la denuncia penal en el Senado y hasta que se resuelva, el tema estará en los medios y en las redes. Apuesto a que será Gálvez quien gane ante la opinión pública, aunque pierda la batalla legal; también apuesto a que los senadores morenistas y la investidura presidencial saldrán bastante raspados.
Sexto. Si me apura, tanto XG como el Frente Amplio por México estarían en condiciones de presentar una denuncia por persecución política ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos. Sabemos que a AMLO los organismos internacionales le tienen sin cuidado, pero sí le preocupa su paso a la Historia.
Séptimo. No creo que la actitud del presidente sea uno de sus recurrentes distractores para que no pongamos atención a hechos graves. Ya sabemos que con excepción de la repartición de dádivas, sus promesas no se cumplirán, llámense salud, combate a la corrupción, seguridad, educación, etc. Vamos, ya hasta nos acostumbramos a que el crimen organizado imponga condiciones al gobierno. Las obras emblemáticas, si se concluyen, habrán resultado carísimas y de dudosa rentabilidad, mientras que los bonos de PEMEX ya tienen calificación de basura.
En fin, don Alejandro, haber doblado la apuesta en cada paso no ha redundado en un saldo favorable para el presidente ni para MORENA.
Sin hacer ruido, MORENA ya tenía la Presidencia de 2024 en sus manos; entonces, ¿por qué todo este enredo?