¿Por qué el elevado precio del arroz pone en riesgo la seguridad alimentaria?

Leticia Hernández

El índice de precios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para todos los tipos de arroz aumentó 2.8 por ciento en julio, el doble de lo que repuntaron los precios del trigo y los aceites vegetales.

De esta forma alcanzó su nivel más elevado desde septiembre de 2011 y acumuló en el año un incremento de 19.7 por ciento, por lo que el organismo alertó sobre la preocupación que este comportamiento plantea en materia de seguridad alimentaria en especial para la población más pobre.

La FAO agregó que las restricciones a la exportación podrían tener consecuencias negativas para la producción, el consumo y los precios.

El arroz, indica, fue el de mayor alza de precio por la prohibición de las exportaciones de este tipo de arroz, impuesta por la India el 20 de julio.

Esto propició las expectativas de aumento de las ventas de arroz de otros orígenes, lo que aumentó la presión al alza que ya ejercían sobre los precios la mayor escasez estacional de suministros y las adquisiciones en Asia.

Nuevo repunte en cotización del trigo y aceites vegetales

La decisión de Rusia de poner fin a la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro y las nuevas restricciones comerciales para el arroz impuestas por la India, junto con factores climáticos, provocaron durante julio un incremento en el índice de precios de los alimentos de la FAO de 1.3 por ciento al promediar 123.9 puntos, pese a este repunte, el índice se ubicó 11.8 por ciento debajo del nivel de julio de 2022.

Hubo un marcado aumento del índice de precios de los aceites vegetales de la FAO, que subió 12.1 por ciento desde junio, tras siete meses consecutivos de descensos.

Los precios internacionales del aceite de girasol se recuperaron en más de 15 por ciento durante el mes, debido principalmente a la renovada incertidumbre en torno a los suministros exportables.

Los precios mundiales de los aceites de palma, soja y colza aumentaron a raíz de la preocupación por las perspectivas sobre la producción en los principales países productores.

Los precios internacionales del trigo aumentaron 1.6 por ciento, su primer incremento intermensual en nueve meses, debido a la incertidumbre en torno a las exportaciones de Ucrania, así como a la persistencia de las condiciones secas en América del Norte.

La baja en los precios del azúcar ayudó a compensar las mayores cotizaciones de los cereales y aceites, el índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó 3.9 por ciento a raíz de la buena marcha de la cosecha de caña de azúcar en el Brasil.

aumento de las precipitaciones en la mayoría de las zonas productoras de la India deprimió las cotizaciones mundiales.

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