El presidente transfiere liderazgo de la transformación de México; se prevé ceremonia para mañana

Andrés Becerril

Fiel a su forma de hacer política, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, innovará mañana con un ritual más en la liturgia política; será un acto simbólico y desacralizado: la entrega del bastón de mando a quien por parte de Morena busque la Presidencia en 2024 como continuación de la transformación de México, proclamada desde la campaña electoral de 2018.

En su conferencia de Palacio Nacional, ayer el presidente López Obrador dijo: “ya pasado mañana entrego el bastón de mando a quien gane la encuesta”.

Quien triunfe en el proceso que realizó Morena desde mediados de junio pasado y que será anunciado mañana miércoles –para conocer quién buscará la Presidencia de México en las elecciones de junio de 2024 de entre Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Gerardo Fernández–, recibirá de manos del Presidente el bastón de mando.

El bastón de mando que transfiere el Presidente es más un elemento político-electoral, sin la carga ancestral de lo que desde el inicio de las civilizaciones ha representado: máxima autoridad espiritual. Entre los pueblos indígenas de México el bastón de mando, además, es un elemento que proyecta a quien lo empuña, como alguien que lucha por la comunidad, protege la tierra y su alma la conecta con la divinidad.

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El 16 de agosto de 1980, Excélsior publicó una fotografía donde el entonces presidente José López Portillo encabezó un acto en el centro ceremonial otomí, del Estado de México, ante cientos de indígenas.

En los últimos 2 meses, el tema del bastón de mando ha sido recurrente en la retórica presidencial durante sus conferencias mañaneras.

Desde el 10 de julio de 2023, el presidente López Obrador hizo pública la idea de entregarle a quien ganase la encuesta de Morena –que hoy tendrá su desenlace–, el bastón de mando. Ese día, al referirse al proceso de su partido en busca de la candidatura presidencial de 2024, el presidente dijo: “La gente, que es la que va a resolver a quién quiere que yo le entregue la estafeta, el bastón de mando para conducir el movimiento de transformación”.

LAPSO

A partir de hoy y hasta la elección presidencial del 2 de junio –que disputará Xóchitl Gálvez contra la representación de Morena–, faltan 392 días del gobierno de López Obrador. El fundador de Morena, de forma codificada da un paso a un costado y entrega el bastón de mando del movimiento que lidera y que él creó desde las entrañas del PRD.

El acto que encabezará el Presidente no será como el de la ceremonia del 1 de diciembre de 2018, cuando en representación de los 68 pueblos originarios de México, López Obrador recibió el bastón de mando de manos de la luchadora social Carmen Santiago Alonso, indígena zapoteca, y Santiago Ortela Sarmiento, un médico tradicional olmeca en el Zócalo de la Ciudad de México; aquello fue un rito enmarcado en un ambiente místico y religioso, de absoluto sincretismo. Tampoco el bastón de mando que transfiera será el que él recibió entonces.

El de la toma de posesión fue un ritual de purificación y limpia espiritual; con oración para invocar al corazón de la tierra y al corazón de cada uno de los cuatro elementos: tierra, agua, viento y fuego, con una petición a la Virgen de Guadalupe, por un nuevo comienzo y entrega de objetos sagrados, incluyendo un crucifijo para la protección del Presidente.

El acto de transferencia de bastón de mando anunciado por López Obrador será un acto, dijo el Presidente, que se realizará fuera de Palacio Nacional porque está ligado a su movimiento, no al gobierno. Ocho días antes de la entrega del bastón de mando, López Obrador informó que el bastón ya lo tenía, pero que no tendría los listones verde blanco y rojo, “que sí va a tener sus cintas, porque así son los bastones de mando, pero de todos los colores”, dijo en su conferencia del 28 de agosto.

BASTONES A GOBERNANTES

En contextos distintos, un bastón de mando como el que recibió el presidente López Obrador de manos de Carmen Santiago –quien murió el 5 de febrero de 2022– y Santiago Ortela ha sido entregado a gobernantes de distintas épocas de México y también con distintas producciones de performance.

El primer gobernante de México que tuvo un bastón de mando fue el emperador Agustín de Iturbide. Se trata de una pieza de carey con incrustaciones de oro, perlas y un topacio. La historiadora María Hernández Ramírez publicó parte del relato de cómo fue ubicado y rescatado del Monte de Piedad por el ayuntamiento de la Ciudad de México y puesto bajo llave por Francisco del Paso y Troncoso a finales del siglo XIX.

En la descripción del bastón de mando de Iturbide, señalan que la empuñadura del bastón de mando “recta y no curva nos habla de un bastón de mando, el cual es muestra del sincretismo de usos coloniales y prácticas aborígenes, ya que a los virreyes les era entregado un bastón que simbolizaba la prolongación de la autoridad real representada por el cetro, mientras que los dignatarios de la época prehispánica portaban una insignia de mando semejante”.

En la misma investigación para ubicar el bastón de mando de Iturbide, los historiadores dieron con el bastón de mando del presidente Ignacio Comonfort (1855-1858), de acuerdo con la historiadora Hernández Ramírez.

Su sucesor, el presidente Benito Juárez García (1858-1870), también tuvo un bastón de mando. Este permanece en la casa-museo que está en Palacio Nacional, donde murió.

En el siglo 20, cuatro presidentes enarbolaron respectivos bastones de mando.

El presidente Adolfo López Mateos recibió el bastón de mando en Oaxaca, en julio de 1961, según una fotografía publicada por la web del Instituto Nacional de Antropología e Historia. López Mateos, recibió distintos bastones de mando cuando fue candidato.

El 16 de agosto de 1980, Excélsior publicó una fotografía donde el entonces presidente José López Portillo encabezó un acto en el centro ceremonial otomí, del Estado de México. Ante cientos de indígenas; en la imagen el mandatario se ve elevando el bastón de mando.

El presidente Carlos Salinas de Gortari fue otro de los que recibió el bastón de mando. El 2 de agosto de 1990, Excélsior publicó una fotografía por una gira del mandatario por Veracruz. En la imagen del acto donde Salinas lleva un bastón de mando, aparece el entonces gobernador veracruzano Dante Delgado, actualmente dirigente de Movimiento Ciudadano.

Otro presidente que recibió un bastón de mando fue Felipe Calderón. El 7 de abril de 2008, Excélsior publicó la información originada en Chiapas. Ahí, el pueblo de San Juna Chamula le entregó el bastón de mando al panista.

Como candidato a la Presidencia de México que después ocupó el cargo, Luis Echeverría recibió varios bastones de mando.

En su campaña proselitista, Echeverría recibió el bastón de mando. En el archivo de Excélsior hay varias fotografías de distintos actos donde recibió varios bastones de mando. Uno de éstos, en junio de 1970, días antes de la elección del 5 de julio de ese año, donde la etnia tlahuica, del estado de Morelos entregó un bastón de mando en una gira de campaña por ese territorio.

A nivel continental, el bastón de mando (por parte de pueblos originarios) ha sido entregado a tres presidentes: Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador y Juan Manuel Santos de Colombia.

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El 7 de abril de 2008, Excélsior publicó la entrega del bastón de mando al entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa.

“CONFUNDEN SIGNIFICADO”

El subcomandante Marcos, líder del movimiento indígena en Chiapas, de finales del siglo XX también recibió, en dos ocasiones, el bastón de mando, por parte de las comunidades zapatistas y otras más.

Esto ocurrió en noviembre de 1993, en la recta final hacia el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). “Recibí de los jefes de las diferentes fuerzas indígenas que forman nuestro ejército el bastón de mando para conducir la totalidad de las tropas zapatistas y marchar junto a ellas a cumplir nuestro deber”.

Al año siguiente, el 17 de noviembre de 1994, en el aniversario 11 del EZLN, Marcos recibió de nuevo, “el bastón de mando de nuestra jefatura indígena. Les he comunicado a nuestros más grandes señores de la vida y de la muerte que estamos listos. Nuestras tropas han velado con impaciencia la tierna furia que recibimos de nuestros antepasados”.

El 11 de marzo de 2006, Marcos estuvo en el municipio de Tierra Blanca, Guanajuato, ahí recibió otro bastón de mando y en su discurso por ese motivo dijo: “El bastón de mando que entregan los pueblos indios ha sido confundido por los mestizos, no saben lo que realmente significa, ellos, cuando andan en campaña y eso, organizan ahí a unos, pues que no son pues como nosotros, sino que se venden, para que les entreguen el bastón de mando y hacen creer a la gente que los indígenas le están diciendo a ese que mande, que es su jefe, su mando; y nosotros como pueblos indígenas sabemos que el bastón de mando no quiere decir eso, sino quiere decir que alguien que tiene un cargo tiene que tener un camino y debe respetarlo, es cómo la comunidad le recuerda que tiene una responsabilidad y no debe irse por otro lado”.

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El subcomandante Marcos, líder del movimiento indígena en Chiapas, recibió en dos ocasiones, el bastón de mando. Foto: Archivo Histórico Excélsior

En ese mismo acto, el líder zapatista se refirió al bastón de mando que le entregaron ahí: “Tiene flores, éste se le entrega a alguien para recordarle que él que tiene un cargo en una comunidad indígena tiene que cuidar la tierra y sus frutos, por eso tiene flores. Allá nuestro modo en las comunidades indígenas, nosotros somos indígenas de ascendencia maya, somos allá de Chiapas; nosotros cuando vamos a hacer esto buscamos un árbol que se llama bayalté, que es muy recto, entonces ese se corta y se labra, y cuando alguien agarra un cargo de la autoridad de la comunidad se le entrega ese bastón y se le dice ‘ése es para que sepas que no debes torcerte nunca ante el rico y el poderoso y debes ser fuerte. Pero es para que recuerdes que si te desvías te quitamos el cargo y te quitamos el bastón’”.

SIGNO DE HUMILDAD

El 11 de julio de 2023, en presidente López Obrador volvió sobre el tema del bastón de mando “…en septiembre entrego el bastón de mando a la nueva o al nuevo, el nuevo o la nueva dirigente del movimiento de transformación y ya en septiembre del año próximo (2024) ya la banda presidencial”.

El 25 de julio pasado se refirió en los mismos términos del 11 de julio, con el añadido de “y me retiro”.

Hay voces que exaltan este acto del Presidente, que no forma parte de ningún mandato legal, y lo ponen como ejemplo de humildad del líder del Movimiento de Regeneración Nacional, que en el culmen de su popularidad no se aferra a su preminencia y cede el paso a un nuevo liderazgo, aun cuando éste no tiene asegurado el mismo status constitucional como jefe del Ejecutivo federal.

El 15 de agosto pasado el Presidente mencionó que haría recomendaciones a quien le entregue el bastón de mando. “Bueno, ya voy a entregar el bastón de mando en el movimiento ya dentro de un mes, menos, ya como en 20 días entrego el bastón de mando para la dirección del movimiento, ya me quedo nada más terminando todas las acciones y obras del gobierno. Pero una de las recomendaciones, que las tengo que hacer porque es mi responsabilidad, aunque a lo mejor no me van a hacer caso, lo más seguro, pero sí voy a dejar un esbozo de lo que se necesita seguir haciendo para que continúe la transformación”.

También hay quienes vislumbran en el hecho un acto de campaña y una calculada medida estratégica para dejar en el imaginario colectivo que, al entregar el bastón de mando, se prefigura un paso automático hacia la presidencia de la República, sin la aduana electoral del 2 de junio del próximo año.

El 17 de agosto López Obrador habló que en marzo del 2024 se publicará su último libro sobre política, “porque ya me retiro como dirigente en unos días, que voy a entregar el bastón de mando, la estafeta. Eso, en septiembre, a principios de este septiembre y a finales de septiembre del año próximo ya se termina mi mandato y me jubilo”.

El bastón de mando en México está íntimamente ligado a los usos y costumbres de los pueblos originarios. Pero no es exclusivo de ellos. Las primeras civilizaciones lo usaron como un distintivo de autoridad y poder. Cuando las monarquías en el mundo gobernaban, el bastón de mando era un elemento junto con la corona y el cetro que distinguían a los reyes.

EL BASTÓN  TIENE RETOS

Una referencia más sobre el bastón de mando de parte del Presidente ocurrió el 21 de agosto. Ese día dijo: “Y vienen los procesos locales, bueno, en unos días ya sabemos a quién le voy a entregar el bastón de mando para coordinar la transformación en México –esta frase “transformación de México” fue la que se ha usado para la precampaña de Claudia Sheinbaum– para continuar con la transformación en el país, ya en unos días más, 15 días más, ya entrego el bastón de mando, me quedo desde luego hasta septiembre del año próximo para concluir mi mandato como Presidente, pero como nosotros iniciamos un movimiento de transformación y yo he estado de dirigente de ese movimiento, ya termino, en 15 días ya entrego el bastón, bueno, así también van a ver elecciones el año próximo”.

La entrega del bastón de mando de López Obrador no tiene precedente, ya que todos los actos de este tipo, ya sea a los presidentes en turno, candidatos, gobernadores o cualquier otro político, ha sido entregado por un representante de algún grupo indígena y no de quien lo recibió antes, como si fuera una herencia.

El 26 de agosto en su gira por los estados de Oaxaca y Guerrero, el Presidente hizo dos menciones al bastón de mando.

En Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, López Obrador al hablar sobre las carreteras dijo: “Y miren, todavía nos falta porque, como hablaba, tiene que irse poco a poco, porque fue mucho el tiempo de abandono. Pero esta carretera también de Tlaxiaco para acá, para la costa, se tiene que construir, se tiene que ampliar. Conozco la carretera y es muy peligrosa, el tramo de Tlaxiaco a Putla es donde encuentra uno en el camino más cruces porque son barrancos y muchos han perdido la vida; son carreteras muy peligrosas, muy angostas.

Vamos a dejar nosotros todos los proyectos y yo espero que nos hagan caso a los que le vamos a entregar el bastón de mando para que se continúe con la transformación”.

En Cuajinicuilapa, Guerrero, el Presidente habló sobre la contienda en Morena. “Ahora que están compitiendo para ver quién queda como dirigente del movimiento, yo les tengo que entregar ya el bastón de mando dentro de unos días a los que van a quedar, sea hombre, sea mujer, siempre les digo: No se me desesperen mucho, porque acuérdense que yo tardé, y fueron tres veces, la tercera es la vencida; para que no vayan a quedar ahí muy tristes, decir: ‘No, pues no quiso el pueblo ahora’”.

PENDIENTE

El 28 de agosto, el Presidente dijo que aún no sabía cómo sería el acto de la entrega de mando. “Ya vamos a verlo, vamos a ver. No sé, todavía no sé, pero sí lo voy a entregar, porque ya a partir de que yo entregue el bastón de mando ya la dirección del movimiento por la transformación ya va a estar a cargo de quien reciba el bastón de mando. Yo sigo gobernando hasta que entregue la banda presidencial, pero el movimiento del cual surgimos, que es un movimiento de transformación, yo lo he venido dirigiendo, encabezando, aunque no de manera directa, sino con mi ejemplo, y ahora ya llegó el momento de que yo entregue la dirección del movimiento”

La simbólica entrega de la conducción de la transformación de parte del presidente López Obrador a quien aspire de Morena a sucederlo, supone varios retos, incluso se plantea poco realista.

La entrega mañana de este símbolo impedirá el disgusto de quien intente reprochar el resultado de la encuesta entre 15 mil 500 personas, porque el presidente ya no dará marcha atrás en su entrega. Además, de que el presidente es el fundador de la plataforma política que enarbola la transformación; su carisma entre una franja de la población es a prueba de todo: es capaz de hacer salir a cientos de miles de personas a las calles a una señal de él; durante los próximos 12 meses él seguirá siendo jefe del Ejecutivo federal y líder nato del partido en el gobierno que además tiene la lealtad de 24 gobernadores, todos ellos ganadores entre 2018 y 2023, periodo de gobierno del presidente López Obrador, que convirtió a Morena en partido hegemónico.

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