Las victorias jurídicas de la UAS; se le caen las demandas a Rubén Rocha, pero inventa más

Álvaro Aragón Ayala

Envuelto en escándalo tras escándalo y pese al derrumbe judicial de sus demandas, Rubén Rocha Moya activa nuevas querellas contra los funcionarios de la Universidad Autónoma de Sinaloa para mantener las acusaciones en las primeras planas o en las portadas de los medios de comunicación. Las primeras demandas “claves” del gobernador no funcionaron: las atoraron los Tribunales Federales. Cierto: aunque va perdiendo los litigios que enderezó contra autoridades de la Casa Rosalina, el mandatario estatal proyecta mantener vivos los ataques para ocultar su fracaso judicial y político y esconder el desastre de su gobierno.

Es verdad: la administración de Rubén Rocha se parte en pedazos zambullida en el descrédito por los casos que está perdiendo frente a la UAS, por los estruendos políticos generados por él mismo en el caso de los acosadores, por las denuncias que obran contra funcionarios de su gabinete y su ahijado, el impuesto alcalde de Culiacán Juan de Dios Gámez Mendívil, y el video porno en donde aparece en “éxtasis” el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez. Es el propio Rocha y su gabinete los que hunden en el descrédito al gobierno morenista de Sinaloa.

El cuerpo colegiado de abogados de la UAS inhabilitó, mediante una cadena de amparos indirectos, la aplicación de la Ley Estatal de Educación Superior, construida exprofeso por Rubén Rocha Moya y el Congreso Local para pretender tomar por asalto a la Universidad. Los Jueces decretaron más de 150 suspensiones definitivas contra “La Ley Rocha” por considerar que cuando menos 15 de sus artículos violan la Constitución General de la República, la Ley General (Federal) de Educación Superior y la autonomía de la Universidad. La UAS se anotó, aquí, su primer triunfo jurídico-judicial.

Por no dejarse auditar por considerar que la Auditoría Superior del Estado no tiene facultades legales para arquear contablemente el presupuesto de la UAS, constituido con recursos federales y federalizados y dinero propio, autogenerado, Rubén Rocha demandó al Rector y a funcionarios de la UAS por ejercicio indebido de funciones y abuso de autoridad. El Juez de Control, Adán Alberto Salazar Gastélum, vinculó a proceso a Jesús Madueña Molina, pero un Juez de Distrito (Federal) tumbó la vinculación otorgándole el beneficio de una suspensión definitiva al Rector de la Universidad. El Juez local no lo podrá citar a comparecer. El caso queda en manos de los Tribunales Federales. Aquí la UAS se anotó el segundo triunfo jurídico-judicial.

Siguiendo con su línea de intentar encarcelar a las autoridades Universitarias, el gobernador inventó también el “caso de las Tortillas”, argumentando falsamente que él tenía una copia de un cheque de la UAS, que nunca existió, que amparaba en una sola emisión la compra de 18 millones de pesos del alimento. Por instrucciones del gobernador, los medios inflaron esa cantidad a los 45 millones de pesos.

Con esa “ingeniosa fantasía”, convertida en expediente por la Fiscalía de Justicia del Estado, Rocha Moya logró una segunda vinculación a proceso, que también cayó. Los Tribunales Federales le concedieron en una primera instancia la protección a la UAS y al Rector y a todos los acusados. La prevaricación falló. Aquí está el tercer triunfo jurídico-judicial de la UAS.

El cuarto triunfo jurídico-judicial llegó cuando el Juez Tercero de Distrito concedió la suspensión a los amparos promovidos contra actos de la Auditoría Superior del Estado y la Comisión de Fiscalización del Congreso del Estado, lo cual ayuda a la UAS a detener el proceso sancionador de ambos entes del Congreso Local y tumbar otras demandas rochistas. Quedó La claro: la Comisión de Fiscalización y la ASE, de acuerdo al Tribunal Federal, carecen de facultades para auditar el presupuesto federal y federalizado ni los recursos propios de la Casa Rosalina.

Así, la UAS gana en los Tribunales Federales las demandas que interpuso en un juzgado local Rubén Rocha encolerizado porque la comunidad universitaria y, en particular, el Rector Jesús Madueña Molina, rechazaron la Ley Estatal de Educación Superior y se opusieron a que sea el mandatario estatal, los diputados del Congreso Local y funcionarios de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, quienes tomen el control administrativo, académico y cultural de la UAS. “La Ley Rocha” quedó inhabilitada y en venganza el gobernador le inventó y le sigue inventando delitos a los funcionarios universitarios para deshonrarlos e intentar meterlos a la cárcel.

A contrapartida, Rubén Rocha sufre el escarnio de la población. El proyecto de destrucción de la UAS le ocupa casi todo su tiempo, mientras él estado se convierte en un infierno ingobernable, plagado de laboratorio de fentanilo, de grupos delictivos que controlan amplios territorios en los 18 municipios. Se transforma en manos de Rocha un Sinaloa donde el gobernador no soluciona los problemas de los sectores primarios de la economía y trata de ocultar escándalos de acoso sexual que ya ocupan espacios de la prensa nacional, en tanto que aquí los medios locales callan y se hacen los disimulados ante la circulación de un video en donde se observa desnudo al secretario general de Gobierno en pleno “éxtasis” personal.

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