Feliciano, el cacarizo. El gatopardo en la Fiscalía y el nuevo operador de Rubén Rocha
Álvaro Aragón Ayala
¿Qué se puede esperar de la jugada sucesoria en la Fiscalía General de Justicia? De los 26 aspirantes a dirigir la institución quedan 3. Del total, uno renunció a tiempo y 22 ilusos fueron cribados. Al chasquido de los dedos, los legisladores salieron de inmediato a retozar: tienen la encomienda de “elegir” a la próxima o el próximo Fiscal.
El cambio será gatopardo para que todo siga igual o peor. El clon de Sara Bruna Quiñónez Estrada, en su versión masculina o femenina, ya está listo o lista. No hay lecturas de que la Fiscalía registrará una transformación verdadera. La institución es una cloaca, en donde convergen varios poderes malévolos.
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La diputada Juana Minerva Vázquez anda contenta. No chifla porque no sabe o no puede, pero si baila al ritmo del za za za “la mesa que más aplauda”. La felicidad de la legisladora que repetirá – estará otros tres años en el Congreso-, es porque ya no tendrá que soportar al diputado Manuel Luque Rojas.
Rojas se va del Legislativo con el estigma de hocicón. Minerva no lo traga por disfuncional. Cuando creía que se había librado de su presencia reaparecieron juntos como diputados locales. No se sabe si Manuel ocupará otro cargo. Si lo contratan, su nueva oficina deberá contar con un gancho donde pueda colgar sus protuberancias craneales.
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El cacarizo, Feliciano Castro Meléndrez, quien está a un tris de dejar la diputación, festeja que se le mencione como sustituto de Enrique Inzunza Cázarez en la secretaría general de Gobierno. Le urge entonces cambiar de look y pide consejos a sus amiguis sobre cómo puede cambiar su rostro que tiene tonalidades de piedra pomex. Si así tiene la cara ¿cómo tendrá el alma?
El gobernador Rubén Rocha Moya todavía no decide si lo ocupará o no en la secretaría general de Gobierno. Aun así, Felici-ano ya se le adelantó y se promueve como precandidato de Morena rumbo al 2027. Habría que ver la imagen que reflejaría el gabinete de Rocha si decide alquilarlo. El prospecto es un grillo de 7 suelas, un ex guerrillero preso por asesinato en 1974 y partícipe de una y mil barbaridades.
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Los lambiscones no se cansan de construir mentiras. Resulta que hoy martes amanecieron con quistes en la matriz y en vez de ir con el ginecólogo, prefirieron enjutarse en el observatorio para deslizar una sarta de falsedades que despertaron las carcajadas del respetable lector y de funcionarios del gobierno del Estado.
Con la daga clavada, sin saber cómo masca la iguana, los barberos del “Noeseste” soltaron otra de sus mentiras: que los universitarios, que los pasistas, que los voceros del cuenismo, conspiran para derrocar a Rubén Rocha. Ante tal disparate, el gobernador casi se orina de la risa. De hecho, ha de estar pensando en cambiar de amanuenses. La corte de la adulación anda de capa caída.
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Hay expectación por saber que se cocina en las entrañas o en las catacumbas de la Fiscalía General de la República. El trascendido es que la investigación en relación al asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda también aborda la arista política.
Involucra a los interesados en oponerse a que la voz de Cuén retumbara en el Congreso Federal y a impedir su participación en las elecciones del 2027. Retorcer la investigación federal se antoja difícil. Las pesquisas de la Fiscalía son “vigiladas” por el Centro Nacional de Inteligencia y por autoridades de los Estados Unidos.
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En presidente Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo sí quieren ayudar a que Rubén Rocha Moya en la crisis por la que atraviesa, sólo, dicen, que necesita comprender que el respaldo no es para todos, únicamente para él, no para el colectivo de sospechosos.
A reserva de la información que baje de los Estados Unidos y del resultado de la indagatoria en torno al “caso Cuén”, AMLO y Claudia son de la idea de que el gobernador requiere de un secretario general de Gobierno que conozca las entrañas del Poder y sus “ramificaciones”, de un magnífico operador y conciliador, no de un personaje dado a la judicialización de la política.
Ni en el gabinete legal y ampliado de Rubén Rocha ni en el Congreso Local no existe un personaje para desempeñar el cargo de secretario general de Gobierno con las características que recomiendan el presidente que se va y la presidenta que se quedará. Los hay, sí, inclinados al pleito frontal, a la “guerra de guerrillas” y a vaciar odios personales. No es muy remoto, si es que Rocha acepta, que le envíen un operador de primer nivel para salvar al barco con la línea de flotación destrozada ¿De donde se sacaría ese personaje? Suenan nombres, ya suenan nombres…no coman ansias.
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Llegan reportes de una escuela del Valle de El Carrizo, Ahome, en donde ya no aguantan a su directora a la que acusan de incurrir en constantes intrigas, abusos laborales, atropellos a los derechos humanos y al trabajo digno y otras “divinidades”. La dama del mal rezar, pues le “habla” a Dios y le contesta el Diablo, lanza desafíos al troche y moche. El podercillo de una dirección la enloqueció.
