Pobreza en México: una lucha que no acaba
Andrea Gómez
En México, la lucha contra la pobreza sigue siendo un gran desafío. A pesar de los esfuerzos y las políticas públicas, una parte significativa de la población mexicana enfrenta dificultades para acceder a una vida digna y saludable. Derivados de la pandemia de Covid-19 y el conflicto armado Rusia-Ucrania, el desempleo creciente, la falta de oportunidades laborales de calidad, la informalidad y la subocupación son factores fundamentales que contribuyen a la marginación. Estos elementos juegan contra los programas sociales –como las pensiones a adultos mayores y personas con discapacidad, becas a estudiantes, Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, etcétera– y estrategias contra la marginación social, como la prohibición del llamado outsourcing malo, la recuperación del salario mínimo, los subsidios a energéticos y alimentos, precios de garantía, la generación de miles de plazas ligadas a obras de infraestructura (como Dos Bocas, Tren Maya, AIFA, carreteras, acueductos y presas)
La pobreza sigue siendo uno de los desafíos más apremiantes en México. En el primer trimestre de 2023 (enero, febrero y marzo), un total de 47 millones 607 mil 281 mexicanos no pudieron adquirir la canasta básica alimentaria, incluso con todo su ingreso laboral. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Chiapas, Guerrero y Oaxaca fueron las entidades con mayor porcentaje de pobreza laboral en este período con 67.2, 59.8 y 57.2 por ciento, respectivamente.
A nivel nacional, el porcentaje de pobreza laboral en este lapso fue superior al observado en el primer trimestre de 2020, periodo de inicio de la pandemia de Covid-19. Un total de 18 entidades en el país están sufriendo esta situación. Encabezadas por Michoacán con 7.3 puntos porcentuales, Aguascalientes con 6.8 y Guanajuato con 5.3 puntos. Sin embargo, algunas entidades mostraron una mayor recuperación como Hidalgo con 6.4 puntos porcentuales, San Luis Potosí con 4.6 y, Baja California con 2.0 puntos.
La emergencia sanitaria mundial y los conflictos internacionales, como la guerra entre Rusia y Ucrania, han exacerbado aún más la situación de pobreza en el país. Al igual que el resto del mundo, México ha enfrentado presiones inflacionarias, volatilidad y altos costos en comida, vivienda y servicios básicos. En el marco de la pandemia, durante 2020, alrededor de 66.9 millones de mexicanos no tenían los recursos suficientes para adquirir bienes y servicios esenciales en sus hogares.
Con la inflación actual, el valor monetario de la canasta básica aumentó un 10.2 y 10.4 por ciento en las áreas rurales y urbanas, respectivamente, durante los primeros tres meses de este año. Estos incrementos superaron la inflación anual promedio de dicho trimestre (7.5 por ciento). Los alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, así como el jitomate, fueron los productos con mayor incidencia en la variación porcentual anual de las canastas básicas urbana y rural. En el sector rural, el tercer lugar lo ocupó la tortilla de maíz (de todo tipo y color); en el sector urbano, es la leche pasteurizada de vaca.
Aún existen millones de mexicanos que no pueden acceder a una vida digna y saludable, a pesar de las políticas públicas instrumentadas por el gobierno mexicano para abordar la pobreza y reducir el impacto económico y social. Entre ellas, los programas sociales, como las pensiones a adultos mayores y personas con discapacidad, becas a estudiantes, Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, etcétera. Así como las estrategias contra la marginación social, como la prohibición del llamado outsourcing malo, la recuperación del salario mínimo, los subsidios a energéticos y alimentos, precios de garantía, la generación de miles de plazas ligadas a obras de infraestructura (como Dos Bocas, Tren Maya, AIFA, carreteras, acueductos y presas).
Octavio Rivas, licenciado en economía por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), considera que estas estrategias no han logrado alcanzar resultados efectivos. Esto no se debe a la falta de voluntad en la instrumentación de las políticas, tampoco a una mala ejecución, sino a la complejidad de lo que fue la emergencia sanitaria. “Es difícil que en un tiempo corto se pueda recuperar lo perdido”, señala a Contralínea, pronosticando que llevará al menos una década retomar el camino que se había detenido en términos de combate a la pobreza.
El analista también indica que la situación en México no difiere significativamente de otros países de América Latina –como Colombia y Argentina–, ya que la mayoría de estas demarcaciones enfrentaron diversas dificultades para hacer frente a la crisis sanitaria. Sin embargo, resalta casos como el de Chile y Costa Rica que lograron contener de manera eficiente los impactos económicos y de salud debido al tamaño de sus demarcaciones y las medidas implementadas.
Al respecto, el economista Juan José Dávalos López –profesor en la Facultad de Economía en la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM)– sostiene que el país enfrentó de manera eficiente los desafíos económicos y sociales durante la pandemia por Covid-19 y el conflicto armado Rusia-Ucrania.
En ese sentido, resalta que la postura del gobierno actual de no contraer más deuda fue la adecuada, al contrastarla con los problemas que esto ha generado a países como Argentina, donde la deuda se convirtió en un “lastre”. Destaca también la importancia de utilizar los recursos disponibles en iniciativas de bienestar social para apoyar a aquellos con menores ingresos y a grupos en condiciones vulnerables. El apoyo generó mercado interno, estimuló la demanda y contribuyó a mantener la economía activa.
El especialista también resalta la continuidad de inversión en los grandes proyectos de sectores como energía, transporte, caminos, abasto de fertilizantes para la agricultura y atención al agua. Es decir, creación de infraestructura nacional que permite a su vez crear empleo, atraer la inversión extranjera y fomentar el desarrollo de la industria mexicana.
Otras políticas instrumentadas para reducir el impacto económico fueron:
-Apoyo financiero para microempresas. Consiste en brindar créditos a las microempresas
-Apoyo a trabajadores informales. El programa apoya a los trabajadores informales que perdieron sus ingresos debido a la pandemia.
-Estímulos fiscales y reducción de impuestos. Se implementaron medidas fiscales para aliviar la carga financiera de las empresas, como la reducción de impuestos o la ampliación de plazos para el pago de impuestos.
De igual manera, se iactivaron programas como “Mercado Solidario”, “Tandas para el Bienestar”, “E-Ruedas de negocios”, “Créditos Fonacot”, “Medidas Banxico” y “Apoyos SHCP”.
El incremento del salario mínimo es otra medida que busca reducir la pobreza. Éste ha experimentado un aumento cercano al ciento por ciento, por lo que representó un logro importante. Sin embargo, no es suficiente señala el economista, pues apenas representa una fracción mínima del poder adquisitivo real del que se tenía en la década de 1980.
En entrevista por Contralínea, el experto en materia económica indica que México no se encuentra actualmente en medio de una crisis económica de gran magnitud, ni existe una tendencia regresiva abierta en el país. No estamos enfrentando una crisis comparable a la experimentada en el pasado, como la conocida como crisis del “efecto tequila” en 1994, señala. “En aquel momento, se produjeron quiebras bancarias y fue necesario rescatar instituciones financieras respaldadas por el Estado, que aún tiene repercusiones en la actualidad”.
Sin embargo, Dávalos López resalta que antes de la emergencia sanitaria, en 2018, alrededor de 51.9 millones de personas vivían en situación de pobreza. En 2020 –año en el que se declaró la pandemia por la Organización Mundial de la Salud– esta cifra incrementó a 55.7 millones de personas, lo que representó el 43.9 por ciento de la población total del país.
De igual manera, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo revela que en México, alrededor de 249 municipios, en 14 estados, se encuentran entre las poblaciones más pobres del mundo. De los 249 municipios mencionados, 139 se encuentran en Oaxaca, 36 en Chiapas; 18 en Puebla e igual número en Guerrero; 19 en Veracruz; nueve en Chihuahua; dos en San Luis Potosí y dos en el Estado de México. Asimismo, uno en Durango, Nayarit, Jalisco, Nuevo León, Hidalgo y Michoacán. Estos municipios se caracterizan por tener un Índice de Desarrollo Humano Bajo, es decir, se encuentran en condiciones similares a las de pobreza extrema.
Barreras para superar la pobreza en México
El aumento del desempleo, la falta de oportunidades laborales de calidad, la informalidad laboral y la subocupación son factores que contribuyen a la persistencia de la pobreza en México.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el primer trimestre de 2023, alrededor de 32.2 millones de mexicanos trabajaban en la informalidad. Ello representa un aumento de más de 1.2 millones de personas en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La informalidad no se limita únicamente al comercio callejero y a las personas que trabajan por cuenta propia. Engloba una amplia gama de ocupaciones en las que las personas carecen de seguridad social, contratos formales y acceso a sistemas de pensiones para el retiro. Esta conjunción de factores no sólo expone a las personas a ser vulneradas física y mentalmente, también socava su capacidad de recibir atención médica necesaria y la posibilidad de recibir una pensión, considera el economista Octavio Rivas.
Agrega que en cuanto a la subocupación, el Inegi informa que alrededor de 4.9 millones de personas en México trabajan más horas de las necesarias en su ocupación actual. Estas personas no encuentran oportunidades laborales adecuadas y se ven obligadas a realizar jornadas laborales excesivas sin obtener un beneficio proporcional en términos de ingresos o calidad de vida.
Por otro lado, aproximadamente 1.7 millones de personas se encuentran actualmente desempleadas y en busca de empleo en el país. Estas personas enfrentan dificultades para encontrar oportunidades laborales que les permitan salir de la pobreza y satisfacer sus necesidades básicas. El desempleo no solo afecta a nivel individual, sino que también tiene un impacto negativo en el desarrollo económico y social de todo el país.
El economista Octavio Rivas dice a Contralínea que es importante fortalecer las transferencias económicas a través de becas y pensiones para adultos mayores; asimismo, articular un sistema que permita la transparencia y evaluación de estos programas. Mediante una evaluación exhaustiva y contrastada, se podrá determinar de qué manera estos apoyos benefician a la población y, en caso de no estar cumpliendo su objetivo, tomar medidas correctivas para enfrentar la pobreza de manera más efectiva.
Además, es fundamental establecer acuerdos con el sector privado. Continuar con las inversiones en México puede mitigar y preparar la economía frente a posibles variaciones en el ciclo económico global; y puede ser clave para evitar situaciones de desempleo masivo, indica, por su parte, el profesor Juan José Dávalos López.