Abbott toma a transportistas mexicanos como rehenes políticos

Luciano Campos Garza

 La disputa política emprendida por el gobernador de Texas, Greg Abbott, con el gobierno federal de Estados Unidos por el tema migratorio provoca pérdidas millonarias para los transportistas mexicanos, al incrementar las revisiones a los camiones de carga que cruzan desde México, por lo que urgieron el apoyo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Las revisiones exhaustivas han provocado un problema que, de acuerdo con la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), ya generó afectaciones por hasta mil 900 millones de dólares en mercancía que ha dejado de moverse entre México y Texas, por una “decisión unilateral” del gobernador republicano, por la que el organismo hizo un llamado urgente para la intervención del gobierno mexicano.

Luis Ángel Urraza, director de Fomento Económico y Turismo de Acuña, Coahuila, describe la crisis del transporte de carga, que atestigua desde que fue presidente de la Cámara Nacional de Comercio de esa frontera:

“En medio de una crisis migratoria que desencadena otra económica, se ponen a revisar los tráileres con el supuesto objetivo de que no lleven migrantes. Revisan que el chofer se haya bañado, que se haya cortado el pelo, rasurado, que el aceite de la unidad, examen médico del chofer, puras pendejadas. Revisan esto cuando, en la realidad, el migrante está cruzando por el agua”.

La situación se extiende a lo largo de toda la frontera con territorio texano, apunta Abraham Rodríguez Padrón, coordinador de Aduanas de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco) en la frontera norte, que va de Ciudad Juárez a Matamoros.

“Lanzamos un SOS a nuestro gobierno, pero no hay estrategia, ni postura ni nada. Greg Abbott endurece las revisiones porque dice que la situación de migrantes les está afectando a Texas, y va a revisar los camiones, como forma de represión, para que el gobierno mexicano tome acciones y reduzca, en la frontera sur, el paso de los migrantes”, dice.

Las restricciones ya se extendieron al puente internacional de Colombia, en el municipio de Anáhuac, Nuevo León, frontera con Laredo. La noticia sorprendió al gobierno de Samuel García, que durante todo el jueves 11 estuvo en negociaciones con su contraparte texana para liberar este paso fronterizo de los engorrosos escrutinios.

Puente de Colombia, NL. Transportes varados / Foto: @Miguel_AMtzM

Urraza Dugay explica el problema relacionado con transporte de carga, política y migración que ya conocen todos los empresarios del transporte que operan en la zona limítrofe: Abbott no quiere que más migrantes centroamericanos se acumulen en la frontera y crucen hacia Estados Unidos por los puentes y por el río Bravo.

Para presionar al presidente Andrés Manuel López Obrador, al que le pide que contenga a los miles de venezolanos, haitianos, cubanos y de otras naciones que buscan cruzar hacia el norte, el gobernador texano incrementó las revisiones de los autotransportes mexicanos después de que cruzan hacia el norte las garitas en los pasos internacionales.

En Coahuila, los problemas se han dispersado entre los puentes que conectan con Texas, explica Urraza Dugay.

En Piedras Negras, el gobierno Federal cerró el Puente 1, que conecta con Eagle Pass, para evitar un cruce desordenado de migrantes. Pero en el que quedó abierto se ordenaron inspecciones excesivas de parte del Departamento de Seguridad Pública (DPS, por sus siglas en inglés) de Texas.

La Canacar expuso en un comunicado que tan solo entre Ciudad Juárez y El Paso el rezago de exportaciones es de 15 mil cargas, por lo que hay mercancía retenida por más de mil 500 millones de dólares.

“En la Canacar se considera que este tipo de barreras como las que promueve el gobierno del estado de Texas no corresponden al espíritu de colaboración y visión de futuro plasmados en el marco del T-MEC (Tratado de México, Estados Unidos y Canadá)”, señala el pronunciamiento.

La organización de transportistas llama al gobierno mexicano a involucrarse en el problema, para que exprese la preocupación de industriales y transportistas de carga por esta situación, que se ha prolongado durante ya casi un mes en la frontera norte. También exige al gobierno de Abbott que suspenda estas inspecciones que comprometen decenas de miles de empleos entre los dos países.

Con experiencia en el área comercial cuando era presidente de Canaco en Acuña, Urraza Dugay señala que el gobierno de Texas debe saber que los empresarios de los dos países quedaron severamente afectados luego de la recesión económica internacional que ocasionó la pandemia a partir de 2020.

“Lo peor de todo es que las inspecciones llevan un tinte político, una guerra de poderes entre el gobierno de Texas y el federal de Estados Unidos, que se lleva de corbata a empresas que generan empleo e impuestos de este lado, y que al final hay multas en los corporativos automotrices, que son castigados porque les llega tarde la mercancía que les enviamos”, dice.

De igual manera son afectadas las firmas de logística en México que, por ejemplo, suelen usar un tractor para cruzar cajas tres veces al día, y que ahora solo pueden hacer un movimiento porque se tardan el triple de tiempo, lo que retrasa las operaciones y genera pérdidas millonarias.

Abbott, restricción sin sentido

En el caso de la frontera coahuilense, el funcionario municipal señala que el cierre de un puente de Piedras Negras le genera problemas de logística mayores al otro que queda abierto, pues ahora tiene doble carga de tráileres y revisiones.

Desde este punto, que queda saturado de unidades, son enviadas las cargas hacia la aduana de Acuña, frontera con Del Río, Texas, 50 kilómetros al norte. La capacidad en este paso binacional es de mil 300 operaciones diarias, aunque nunca alcanzan esa cifra, pues el flujo diario habitual es de 350, explica Urraza.

Con el desvío de mercancía de Piedras Negras, el flujo se incrementa a 500 movimientos, que son resueltos sobradamente con el personal y las instalaciones de Acuña. Pero no contaban con que DPS detectaría el incremento del flujo por este puente, lo que ocasionó que las inspecciones también se incrementaran por este lado.

“Nos empezaron a revisar también en Del Río, inicialmente con un criterio amplio. Registraban a uno de cada ocho, y nos tardábamos una hora y media a lo más. Pero en los últimos días se pusieron más rigurosos y ahora, con estas inspecciones más estrictas del DPS, nos vinieron a fregar. Tenemos conocidos en el Departamento de Transporte de Texas que nos decían que la orden era directa del gobernador Abbott”, dice el funcionario entrevistado.

Reitera que el interés del mandatario texano carece de sentido, pues argumenta que las revisiones de los camiones son para buscar los miles de migrantes que pudieran haber entrado al país escondidos en las cajas de los tráileres, cuando la realidad es que todos se han arrojado por el río Bravo.

Añade que, a diferencia de la crisis que ocurrió en esta frontera en 2021, ahora el alcalde Emilio de Hoyos, del partido Unidad Democrática de Coahuila (UDC), ha instruido a sus policías a que inspeccionen los camiones en la Central de Autobuses. Si hay grupos de cubanos, venezolanos, haitianos, centroamericanos, son invitados a retirarse para que no busquen instalarse bajo el puente internacional, en espera de cruzar a Estados Unidos.

“Yo lo veo más como una guerra en la que el gobernador republicano le dice a su gobierno federal de Joe Biden (demócrata) que le va a afectar la economía, porque los verdaderos afectados de eso son los corporativos automotrices, que no están en Texas sino al norte. Es una guerra de poderes”, dice.

Crisis en “el tercer país”.

Abraham Rodríguez Padrón, director de Fecanaco, Tamaulipas, y coordinador de Aduanas de la Concanaco en el noreste del país, considera que el problema actual viene desde que el entonces presidente estadunidense Donald Trump (2017- 2021) y López Obrador declararon la franja binacional fronteriza un “tercer país”.

Esta declaración hizo que se abrieran las puertas a México para que pudieran esperar, de este lado, el cruce a Estados Unidos. Con hordas de migrantes esperando pasar para solicitar asilo, se han registrado en los puentes avalanchas de personas desesperadas o que se lanzan al río para llegar al otro lado.

Esto ha desencadenado afectaciones directas en Tamaulipas, donde el transporte de carga tarda muchas más horas en pasar por la frontera a causa de las revisiones del gobierno de Texas.

Las mermas económicas se padecen en todos los rubros, no solo en el comercio de carga, dice el dirigente empresarial, radicado en Matamoros.

Biden y AMLO. Políticas migratorias / Foto: Octavio Gómez

“Las revisiones exhaustivas que el DPS hace a los camiones nos provoca pérdidas en el estado por más de 2 mil millones de dólares en el año y demoras de casi 16 mil cargas, desde Ciudad Juárez, Chihuahua, hasta Matamoros, Tamaulipas. Las pérdidas son en todo, servicios, comercio, turismo, sin contar las pérdidas del transporte de carga”, dice.

En medio de los quebrantos que ha provocado en las economías de las ciudades fronterizas, problema que considera principalmente político, Rodríguez Padrón ha pedido al gobierno mexicano detener la migración, que fluye descontrolada hacia el norte del país.

Como en Coahuila y Chihuahua, también en Tamaulipas ocurren los procedimientos desconcertantes hacia los camioneros mexicanos, dice el empresario.

“Revisan peso, dimensiones, carga y ahora lo hacen exhaustivamente. Le revisan al chofer las botas, el pantalón, la chamarra, licencia, pesan el camión, quitan llantas. Hay unidades que en una revisión pueden tardar seis y hasta cuarenta y ocho horas”, dice.

El coordinador de Aduanas de Concanaco en el noreste estima que esta crisis se prolongará hasta que el gobierno de México modifique su política migratoria y contenga a quienes vienen de otros países y entran por la frontera sur.

“Esto no cambiará mientras la política sea aceptar migrantes y aceptar que se queden. Lo vemos mal. Aclaramos que no estamos contra de la migración y la ayuda humanitaria, y sí nos gusta que le ayuden a la gente. Lo malo es que no hay una política estratégica bien planeada, pues si no tenemos servicios de salud los mexicanos, cómo se lo vamos a dar a los que vienen, Igual, no tenemos vivienda ni trabajo aquí, menos para darle a los visitantes”, dice.

El jueves 12 a las 8 de la mañana, Aduana y Patrulla Fronteriza notificó a los transportistas que, a partir de esa hora, en el Puente Colombia –el único de Nuevo León– iniciarían las revisiones exhaustivas en el lado de Estados Unidos.

Marco González, secretario de Desarrollo Regional y Agropecuario, y encargado del estado del Puente internacional nuevoleonés, acudió a Texas para pedir que retiren las restricciones.

En el pasado, cuando Abbott impuso retenes a la salida de los puentes internacionales, el de Nuevo León fue el primero en ser liberado de estas inspecciones, pues el mandatario Samuel García instaló un punto de revisión en el lado mexicano para examinar tráileres y prevenir el paso de migrantes y drogas.

González va a pedir al gobernador texano que retire el punto de revisión de su lado, debido a que ahora Nuevo León ya mejoró las inspecciones, pues antes de ingresar a Colombia los tractocamiones pasan por un cuartel que atienden la policía estatal Fuerza Civil y la Guardia nacional.

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