Lo básico ausente

Gilberto Guevara Niebla

Según la UNESCO (1990), toda persona debe recibir una educación que satisfaga sus necesidades básicas de aprendizaje. Éstas abarcan dos partes: 1) las herramientas esenciales para el aprendizaje, que incluyen lectura, escritura, expresión oral y solución de problemas y 2) los contenidos básicos del aprendizaje que incluyen conocimientos teóricos, conceptuales, conocimientos prácticos, valores y actitudes que les permitan sobrevivir.

Las herramientas esenciales tienen un valor extraordinario para personas que se habrán de desenvolver en la sociedad moderna y poseen otra virtud inestimable: constituyen el fundamento del desarrollo intelectual del hombre. El aprendizaje de la lengua nacional y el manejo de las operaciones aritméticas que se logra en la educación básica son el primer peldaño para el progreso de la inteligencia e, incluso, una base sólida para el desarrollo moral.

Leer, escribir y contar no son “asignaturas” convencionales, dice la OCDE, son “habilidades fundacionales” cuyo dominio permite que la persona se desenvuelva con éxito en la sociedad. Si la educación primaria y secundaria niegan a niños y adolescentes el acceso a esas herramientas, estarán condenándolos al fracaso. Y esto es, precisamente, lo que hace la llamada Nueva Escuela Mexicana cuyos libros de texto acaban de ser distribuidos.

En el libro La educación en peligro. Análisis crítico de la reforma educativa 2022 (Editorial de la UdeG) aparece un ensayo que ilustra esta increíble omisión. En él David Block, Hugo Balbuena y Yesenia Castaño señalan que no existe una asignatura donde los alumnos pueden aprender matemáticas de manera ordenada y sistemática, aunque algunos contenidos de esta materia se abordan de manera mínima –y no siempre acertada—en determinados puntos de los problemas que se estudian en los proyectos.

Los autores critican que haya desequilibrios en la selección de contenidos, que los autores pasen por alto los avances nacionales e internacionales en el campo de la enseñanza de esta materia y que el manejo de los contenidos matemáticos sea utilitario y no formativo. “Dejar los contenidos como se muestran en el borrador de los planes de estudio 2022, dispersos, con saltos y omisiones, implicaría un retroceso muy grave en el desarrollo curricular de la educación básica” (p. 174).

Tampoco existe una asignatura que enseñe de manera sistemática la lengua española, lengua con la cual nos comunicamos el 98% de los mexicanos. No se estudia de manera sistemática el español y se da por sentado que los niños que llegan a la escuela primaria saben leer y escribir, lo cual es una suposición no siempre correcta. Quien desee confirmar lo que afirmo, puede consultar los libros destinados a los alumnos de primer grado de primaria.

El nuevo sistema de enseñanza no se basa en signaturas sino en proyectos: es decir, Matemáticas, Historia, Español, Geografía, Ciencias, Formación Cívica y Ética no existen en los libros de texto. Los libros son meros compendios de proyectos. Es decir, de actividades previamente programadas para “solucionar” un problema. Los problemas que se estudian son, en la gran mayoría de los casos, triviales o irrelevantes, no exigen ningún esfuerzo intelectual por parte del alumno y se convierten en mera actividad, a veces, con sentido lúdico.

Por lo mismo, los contenidos básicos del aprendizaje son un hueco no cubierto de la llamada Nueva Escuela Mexicana. En otro ensayo del libro citado, Elisa Bonilla distingue los “contenidos básicos imprescindibles” obligatorios para todos y que deben definirse a través de un consenso nacional (en el caso de México, como sabemos, estos contenidos fueron impuestos por la actual SEP autoritariamente, sin que mediara una consulta a la sociedad).

El psicólogo César Coll (2006) hace un ejercicio hipotético para enunciar esos contenidos. El primero de ellos habla de la cognición:

1) Se debe lograr que los alumnos tengan capacidades cognitivas y meta-cognitivas de alto nivel;

2) Que posean capacidades afectivas, emocionales y de equilibrio personal;

3) Que tengan habilidades sociales

4) Que posean capacidades para el ejercicio de la ciudadanía y una

5) Alfabetización del mundo natural y del mundo social, lo cual incluye la posesión de varias culturas: letrada, matemática, científica, económica, tecnológica, visual, de la información, multiculturalidad y globalización.

Tristemente, hemos de concluir que en todos estos rubros la Nueva Escuela Mexicana no ofrece las respuestas que todos esperamos.

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