Rubén Rocha tergiversa auditoría aplicada por la ASF a la UAS. Se ríen del gobernador en la SEP

Álvaro Aragón Ayala

Endemoniado porque el arqueo contable administrativo federal practicado a la Universidad Autónoma de Sinaloa no arrojó ningún daño hacendario ni patrimonial a la institución, Rubén Rocha Moya ordenó adulterar periodísticamente el resultado de la auditoría aplicada por personal de la Auditoría Superior de la Federación. Una vez más, el gobernador pretender hacer creer a la sociedad que los funcionarios de la Casa Rosalina incurrieron en desvío o uso irregular del presupuesto universitario.

El resultado positivo, razonable, de la auditoría federal a favor de la UAS ya fue puesto a disposición, con todo y la solventación de sus observaciones, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y de la Secretaría de Educación Pública federal y de la Cámara de Diputados. La ASF no reportó ninguna irregularidad en el manejo de los recursos que la Federación le entregó a la UAS para su ejercicio 2022.

Sin embargo, Rubén Rocha Moya, quien está en la mira del Sistema de Administración Tributaria -SAT- por fraude fiscal al acceder de manera ilícita a recursos del Fondo de Fiscalización y Recaudación (algunos lo llaman Fondo Estatal de Participaciones), pidió a los periodistas tergiversar las conclusiones de la auditoría con invenciones, incluso el gobernador, para no quedar en ridículo, afirma, sin ser cierto, que la UAS incurrió en un daño al erario de 128 millones de pesos.

La cólera y los inventos de Rubén Rocha estriban en que él fabricó el sonsonete de que la UAS no se dejaba auditar. La cantaleta informativa se cayó: la auditoría de la ASF aplicada a la Universidad desmiente el estribillo rochista. La Casa Rosalina sí es auditada y cumple con los estándares de transparencia y rendición de cuentas. Pero el gobernador se enojó por partida doble porque la auditoría federal no arrojó ninguna irregularidad en el manejo del presupuesto universitario.

En el resultado número 29 del informe, la ASF dictaminó como legales, regulares, 54 contratos a 8 proveedores por montos que suman 29 millones 529 pesos, y consideró normal, apegado a la ley y la normatividad, que la UAS “fraccione” sus compras de alimentos, equipo de cómputo y material de limpieza o uniformes porque opera con presupuestos mensuales ajustados a las partidas económicas que le envía la Federación.

Pese a que la UAS comprobó la legalidad de los procedimientos de las asignaciones y contratos, el gobernador exigió a sus amigos periodistas a que pusieran en duda la normatividad usada apoyándose en una observación mínima que fue inmediatamente solventada por la UAS ante los auditores de la ASF que avalaron el mecanismo de licitación y el trato que la institución mantiene con sus proveedores.

Como si estuviera poseído por el mismísimo demonio, el gobernador patalea, jura y perjura, que la UAS cayó en el uso indebido de 128 millones de pesos porque esa cantidad apareció en una observación de la ASF, sin embargo, la aplicación de ese dinero fue solventada. Los contadores de la UAS comprobaron en que fueron aplicados esos recursos. El personal de la Auditoría Superior de la Federación verificó la documentación presentada y no encontró ninguna irregularidad.

Rubén Rocha Moya inventó el nuevo sonsonete de que hasta los muertos cobran en la UAS, no porque sea cierto, sino porque le urge mantener en los medios de comunicación el estribillo de que en la Universidad se desvían los recursos para no quedar en ridículo ante la sociedad por el resultado positivo de la auditoría aplicada por ASF, la cual echa por tierra la fabricación de delitos contra los funcionarios de la Casa Rosalina y la versión de que no se dejan auditar.

Las invenciones y mitotes fabricados por Rubén Rocha Moya provocaron la risa de los contadores de la Auditoría Superior de la Federación que practicaron el arqueo contable-administrativo y levantaron la carcajada en la Secretaría de Educación Pública, en donde, Luciano Concheiro Bórquez, subsecretario de Educación Superior, y la titular de la Dirección de Educación Superior, Carmen Enedina Rodríguez Armenta, saben que el gobernador utiliza todos los recursos a su alcance para criminalizar y desprestigiar a la UAS y sus funcionarios.

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