Rosario Robles, la presa política del sexenio

Lourdes Mendoza

Ahora resulta que con un ‘usted perdone’ Rosario deberá estar satisfecha, luego de que el juez de consigna Delgadillo Padierna, por una licencia falsa, la encarceló poco más de tres años.

Rosario Robles no pudo salir de prisión ni siquiera por la vía del sobreseimiento del delito, la cual quedó debidamente demostrada en tribunales.

Le hicieron de chivo los tamales, pues primero le dijeron que por la licencia FALSA debía estar en prisión, aunque el delito que le imputaron, OMISIÓN, no lo ameritaba.

Después, ‘quesque’ porque sus familiares (a quienes no les encontraron ni un peso de más en sus cuentas y menos propiedades) y amigos supuestamente contaban con los recursos necesarios para facilitar una “fuga”.

¿Quién la traicionó?

¿Quién la llevó a un callejón aparentemente sin salida?

Rosario jamás se prestó al juego de la FGR y de la Consejería Jurídica para organizar un teatro tipo del de Lozoya a cambio de su libertad.

Sí, Rosario tuvo más pantalones y dignidad, pues a diferencia de Emilio Lozoya y Emilio Zebadúa , prefirió guardar silencio y no culpar a personas inocentes.

Tal y como lo he señalado en esta serie, el ex oficial mayor ha dedicado cientos de millones de pesos obtenidos ilegalmente para sobornar a funcionarios de la FGR y a jueces de control a efecto de inculpar a personas inocentes en el desfalco que él mismo admitió haber cometido y así contar con “chivos expiatorios” que paguen en su lugar.

Hoy sé de al menos 12 ex funcionarios de Sedesol y de Sedatu que cuentan con 2, 3, 4 y hasta 5 cinco carpetas de investigación abiertas en su contra por la falsificación de firmas y la fabricación de entregables que el equipo de Zebadúa operó para triangular recursos públicos para su beneficio personal.

En el capítulo “El modus operandi de la estafa maestra”, les narré cómo trata de crear una cortina de humo involucrando a servidores públicos como “chivos expiatorios”, a efecto de generar distractores que eviten llegar a los verdaderos autores intelectuales de dicha modalidad delictiva.

¡Bonitos incentivos para la justicia!, pero eso es lo que hay.

El trasfondo de la Estafa Maestra NO ES SÓLO UN PROBLEMA DE CORRUPCIÓN: lo que está en juego es el funcionamiento de las instituciones, que en conjunto deberían garantizar derechos fundamentales de manera efectiva y progresiva, investigar y perseguir delitos, pero, sobre todo, de FINCAR RESPONSABILIDADES.

Y si este gobierno fracasa en el cumplimiento del mandato, vendrá otro al que habrá que exigirle lo mismo. El problema es que cada día el abismo es más hondo y el desencanto mayor.

Una verdadera estafa sobre la llamada Estafa Maestra.

Y hablando de Zebadúa , a propósito del criterio de oportunidad que le fue concedido, ¿no habrá un manual o guía mínima de ‘a quién se le puede otorgar’?

Porque eso de hablar por hablar y de inculpar por inculpar requiere pruebas, y hasta el momento Emilio Zebadúa no ha presentado ninguna, más allá de su declaración ministerial de finales del 2019 donde desembuchó mentira tras mentiras para cuidar su pellejo. Y lo que es más grave, anexó copias de observaciones de la ASF que ¡son públicas! Y la FGR se las aceptó.

También se requiere un currículum ético/moral de quién otorga el criterio de oportunidad y de quién lo recibe ¿o no?

Porque si a esas vamos, los criterios de oportunidad más sonados de este sexenio quedan mucho a deber por el lado de la oferta y por el lado de quién demanda. No cabe duda de que los “amigos” de quienes hoy ostentan el poder han sido sus beneficiarios y los resultados están a la vista.

En el caso de Emilio Zebadúa -y le pueden preguntar a Pablo Salazar Mendiguchía, y a la maestra Elba Esther Gordillo- se caracteriza por su falta de lealtad, de compromiso y de honradez. Así se ha conducido a lo largo de su carrera.

Pero por lo visto a la FGR esos datos no le importan a la hora de otorgar un beneficio judicial como el criterio de oportunidad. ¿O acaso pesarán más “otros datos” que aún desconocemos? ¿O tendrá un papi como Lozoya Austin que haga negociaciones para salvarle el pellejo?

Volviendo a Rosario Robles , la ex funcionaria señaló: “No estoy dispuesta a mentir para salir de aquí, porque al final de cuentas tienes que presentar pruebas y yo no tengo ninguna prueba que involucre a nadie. Voy a salir de aquí como lo que soy: inocente”.

¡Y así salió!

Pero, ¿quién le borrará su entrada al reclusorio los tres años que pasó en Santa Marta todas y cada una de las veces que le pasaron por encima sus derechos humanos? Y a la presunción de inocencia, ¿cómo borrarán las horas de angustia de su hija Mariana ?, y no es por inventar una historia, la realidad siempre supera la ficción. Rosario pasaba lista a las 7:00 de la mañana. Se bañaba a cubetazos. Su único privilegio fue tener una resistencia para calentar el agua y que no estuviera helada ahí en la cárcel. Rosario no sólo se hizo amiga de Miss Mony -sí, la del Rébsamen, otro chivo expiatorio, pues la responsable de esa delegación era Claudia Sheinbaum -, gracias a ella, el ministro Zaldívar, en ese momento presidente de la Corte, visitó Santa Martha Acatitla y pudo darse cuenta de las miles de injusticias que se viven allá a diario, de las historias de las mujeres olvidadas. Rosario llevó luz a la cárcel.

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