Acabaron con su autonomía y convirtieron a la UAdeO en una “escuelita de Rocha”

Álvaro Aragón Ayala

Sobre pedido de Rubén Rocha Moya los diputados de Morena del Congreso Local modificaron la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Occidente reventando y desapareciendo su autonomía y mutándola en una “escuelita del gobernador”, corriendo el riesgo de que los planes y programas de estudio, los contratos y despidos de personal y el pago de la nómina de los trabajadores de la institución queden totalmente a cargo de “los principios y reglas determinadas” por la Secretaría de Educación Pública y Cultura.

Ese es el diagnóstico certero planteado por el investigador y doctor en derecho Gonzalo Armienta Calderón, quien formó parte de la Junta de Gobierno de la UAdeO aniquilada por las reformas a la Ley Orgánica. En el reciente proceso electivo de Rector, Armienta no votó a favor de Pedro Flores Leal por considerar que había otros académicos con amplia trayectoria, capacidad y experiencia para dirigir los destinos de la Universidad Lince.

Del análisis de la reforma a la Ley Orgánica, se concluye que la protesta universitaria provocada por elección de Rector sirvió de “puente” para que Rubén Rocha aplicara la Ley de Educación Superior del Estado con el pretexto “democratizar” a la Universidad cuando el propósito era desaparecer su autonomía. Se maquinó así la inoperancia de la Junta de Gobierno para desviar la atención del objetivo rochista: tomar el control total de la UAdeO. La UNAM, Universidades Tecnológicas y Politécnicas funcionan también con Juntas de Gobierno.

El investigador y doctor en derecho Gonzalo Armienta reforzó la tesis de que las reformas a la Ley Orgánica llevan el clásico sello rochista de control universitario: el artículo 1 establece que “la autonomía no significa su disgregación de la estructura estatal, ni extraterritorialidad, ésta debe ejercerse en un marco de principios y reglas predeterminadas por el Estado, siempre restringida a sus fines”. Además, la aplicación de la Ley de Educación Superior del Estado supedita a la UAdeO a las directrices del gobernador por la vía de la estructura de la Secretaría de Educación Pública.

El concepto “no significa su disgregación de la estructura estatal”, dada la interpretación autócrata de Rubén Rocha, tiene alcances fatales para la autonomía de la Universidad Lince, pues socaba las facultades de la institución para autogobernarse y la responsabilidad para organizarse y regularse sin la injerencia del gobierno del estado. El que la Ley Orgánica precise que la autonomía de la Universidad Lince queda sujeta “a los principios y reglas predeterminadas por el Estado”, indica que no existe tal autonomía.

La Universidad Autónoma de Occidente perdió entonces su autonomía con la reforma a su Ley Orgánica y queda además a expensas de la Ley de Educación Superior del Estado -o “Ley Rocha”- que le otorga a los diputados del Congreso Local autoridad para irrumpir en la vida interna de la Universidad Lince, llamar a cuentas las veces quiera al Rector en turno y faculta a la SEPyC para meterse en la “regulación” de los planes y programas de estudios y en el control de la nómina universitaria. La UAdeO se convirtió, en sí, en una “escuelita” de Rubén Rocha.

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