El adiós de Ramírez de la O: Historia en vivo
Roberto Rock
A finales de la tercera semana de septiembre pasado, tras las celebraciones de Independencia, Rogelio Ramírez de la O se reunió en privado con la todavía presidenta electa Claudia Sheinbaum, para pedirle no ser ratificado como secretario de Hacienda al arranque del nuevo gobierno, apenas dos semanas más tarde.
Ello impuso nuevas conversaciones al funcionario, incluida una con el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador. “Lo acorralaron”, dijo a este espacio uno de sus más cercanos colaboradores. Ramírez de la O acabó por aceptar permanecer en su puesto. Debe asumirse un acuerdo mutuo para que la mandataria tomara nota de que sería por un lapso breve.
Pronto sabremos si ella definirá sólo cambio de jinete en la misma montura, o un abordaje diferente para encarar los desafíos de la economía mexicana, vulnerable hoy al estancamiento, la inflación y las amenazas del presidente norteamericano Donald Trump. Hacienda queda bajo el control de tres personajes de Palacio: el nuevo titular, Edgar Amador, y la subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez, bajo la mirada de la secretaria de Energía, Luz Elena González, sin duda la voz más cercana en este ámbito del oído presidencial.
Consultas realizadas con personas cercanas a esta historia destacan que los motivos esgrimidos por Ramírez de la O incluyen su interés de regresar a la vida privada en vísperas de cumplir 78 años, en julio próximo; estar junto a su familia, parte de la cual vive en un departamento en Nuevo México, y retomar la conducción de su exitosa consultora “Ecanal”, que asesora a empresas internacionales.
Sin embargo, también planteó a interlocutores cercanos su convicción de haber cumplido su “tarea” al haber diseñado el Presupuesto 2025, que pasó por el Congreso y cumplió el propósito de reducir el déficit gubernamental que lo obliga a contratar deuda. Una consulta más a fondo le atribuye incomodidad por no haber obtenido el apoyo presidencial para sus propuestas en cargos diversos en el ámbito financiero del gobierno, ni para la administración de Pemex, tema en el que divergía con la ya citada secretaria Luz Elena González.
Fuentes gubernamentales dijeron que algunas propuestas para cargos hechas por Ramírez de la O eran de su confianza, pero no garantizaban la eficacia esperada. Subrayaron que el funcionario fue apoyado cuando pidió la remoción de Gabriel Yorio, subsecretario del ramo, y el restablecimiento de la Subsecretaría de Ingresos, que quedó a cargo de Carlos Lerma, su otrora jefe de Oficina en Hacienda.
En fechas más recientes, Ramírez de la O tomó distancia de Marcelo Ebrard, secretario de Economía, sobre la estrategia a seguir ante la inminente imposición de aranceles de Trump a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. Cuando el aún titular de Hacienda concertó una cita con su homólogo estadounidense, Scott Bessent, Ebrard le habría dicho que ese encuentro era un error. Ebrard estaba negociando con su par, el secretario de Economía, Howard Lutnick, a quien se le atribuye tener mayor influencia sobre Trump.
Tras esa reunión, la oficina de Bessent habría filtrado al diario The Wall Street Journalque aquél había recibido con agrado propuesta del gobierno mexicano para replicar sobre las exportaciones chinas todo aquel arancel que decretara Washington, y anticipó por ello la posibilidad de una “pausa” a las tarifas contra México. Días antes, cuando Ramírez de la O había llevado en privado a Palacio llevar tal propuesta, Ebrard habría replicado: “¿A cambio de qué?”. Se enfrentaron ahí el economista pragmático con el negociador político nato.
Luego de que Trump anunciara que “no hay margen” para evitar la colocación de aranceles el 4 de marzo, el pasado lunes 3 la presidenta Claudia Sheinbaum convocó a una concentración popular el domingo 9 en el Zócalo, para anunciar medidas “arancelarias y no arancelarias”. El martes 4 trascendió que ella había descartado imponer aranceles. Luego vendría la llamada entre los dos mandatarios, que dio a todos algo de respiro al posponerse un mes el peligro de guerra comercial. Se trata de Historia viva, cuyo borrador se escribe todos los días.
Con información de El Sol de México
