Caso PAS: el gobernador quedó “tocado”
Álvaro Aragón Ayala
Rubén Rocha Moya quedó “tocado” por las manifestaciones de los militantes del PAS, PRI, PRD y PAN provocadas por el “levantón” y desaparición por casi tres días de Luis Alonso García Corrales, hasta ahora secretario de organización del Partido Sinaloense, y su amigo Juan Francisco Cerón Beltrán, y la revelación de pistas que lo ubicaron como el autor intelectual del plagio. El gobernador no digiere aún que le hayan gritado ¡fuera Rocha!” y que le hayan exigido la renuncia e insiste en sembrar la sospecha de que se trató de un “autosecuestro”.
Si bien los funcionarios del Tercer Piso festejaron porque gracias a la privación ilegal de la libertad obtuvieron información sensible del PAS, incluso sus archivos digitales, datos con los que se intentará desarticular el accionar de este partido el día de las elecciones, Rubén Rocha no está conforme y ordenó editar un video con el uso de inteligencia artificial -sistema de la que ya es especialista su jefa de prensa, Adriana Margarita Ochoa del Toro-, para sembrar dudas en torno al “levantón”, recreando la imagen digitalizada y la voz adulterada de Luis Alfonso pidiendo disculpas por su ausencia o desaparición, pero la falsificación es burda.
Los directivos del PAS están en la línea de que el caso debe ser investigado por la Fiscalía Federal, además de que valoran la posibilidad de interponer una denuncia por el robo de sus archivos digitales, pero el gobernador intenta sembrar su narrativa de que “cada vez hay más dudas y crece la hipótesis del ‘autosecuestro’” para quedar fuera de la sospecha del operativo que se avecina para pretender desmantelar la estructura del partido estatal. Rubén Rocha planea que la Fiscal Sara Bruna Quiñónez replique su narrativa. Por ahí va la jugada rochista.
Sin embargo, en medio de su montaje de “limpieza” personal, el gobernador no ha salido a explicar el por qué en el Tercer Piso se festejó como “un éxito” el uso de la fuerza para intentar “reventar” el Partido Sinaloense intimidando a sus dirigentes, además de que se tiene la obligación de averiguar e informar quién de su gobierno soltó la versión de que Luis Alonso “no regresa al PAS y se retira de la política” porque la amenaza de otro “levantón” está viva, pero ahora sin liberación. Y es verdad, Luis Alonso no quiere retornar al partido.
Guste o disguste, “el levantón” y desaparición tiene la marca registrada del gobernador: en el 2021, un comando armado privó de su libertad al secretario de organización del PRI estatal, José Alberto Salas Beltrán, a quien, a base de amenazas de muerte, sacaron información sobre el plan de movilización para el día de las elecciones y los nombres de sus operadores, a quienes después plagiaron. El estilo es el mismo. Los delincuentes apoyaban en aquel entonces a Rubén Rocha.
El plagio de Luis Alonso García y Juan Francisco Cerón sacó de la agenda informativa el “levantón” en Culiacán de 66 personas por parte de un comando armado. El plagio masivo fue llamado “culiacanazo silencioso”. Para intentar tergiversar los hechos Rubén Rocha dijo que no se trataba de secuestros, sino que las personas fueron convocadas por un grupo delictivo y “se reunieron en un solo lugar de manera discreta”.
“Lo que pasa es que se conocían, y como tal se trataron. Por eso nosotros hemos hablado de personas en ausencia de sus hogares, nadie de los que ha aparecido ha mostrado rasguños o mostrado que los hayan tenido bajo cautiverio o presión; les dijeron vamos, vamos”, declaró el gobernador.
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