La plataforma mentirosa de Rubén Rocha contra la UAS

Álvaro Aragón Ayala

Enfermo de poder, mitómano, en el plan de toma por asalto a la Universidad Autónoma de Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya ha armado una plataforma de ficciones y mentiras en las que basa sus acciones para desprestigiar a los funcionarios universitarios e intentar encarcelarlos. Ya logró, por medio de una de esas falsedades, la destitución del Rector Jesús Madueña Molina mediante una celada judicial en la que participaron la Fiscalía General de Justicia y el Supremo Tribunal de Justicia. Al no poder, entonces, tomar el control de la UAS optó por intentar destruirla.

Las falsedades de Rubén Rocha son inverosímiles, ridículas, pero son difundidas como “investigaciones periodísticas” fidedignas por una estructura de comunicación que es sostenida con contratos millonarios.

Periódicos y radiodifusoras reciben como pago entre 500 mil y un millón 750 mil pesos mensuales para propalar la narrativa contra los funcionarios de la UAS, en la que se incluyen difamaciones y calumnias canallescas para mermar su credibilidad. Rocha fustiga, pues, mediáticamente a la UAS porque pretende demolerla.

La primera invención descomunal que construyó Rocha fue la Ley Estatal de Educación Superior bajo el garlito de que serviría para democratizar a la UAS, pero le “tronó” porque los universitarios descubrieron que es un instrumento con el cual intenta acceder al control de la Universidad. La Ley de marras viola la autonomía Universitaria, la Constitución y la Ley General de Educación Superior del Estado. Es una ley que trasgrede la ley. Una bazofia legislativa que de aplicarse de inmediato la Casa Rosalina perdería su autonomía.

La Ley faculta -porque aún no se deroga- al gobernador, al Congreso y a la SEPyC, a manejar directamente los recursos federales, federalizados y propios de la UAS, construir desde el exterior del campus los planes de estudio y los programas universitarios, y “autoriza” al Congreso Local a realizar las consultas internas para tomar decisión que hasta hoy únicamente competen a los universitarios. El Rector sería un títere del Poder Legislativo y del gobernador. Los Jueces Federales mantienen “paralizada” la aplicación de esta ley.

La segunda mentira construida por el gobernador y que ha alcanzado gran difusión es el pregón de que la Universidad Autónoma de Sinaloa no se deja auditar cuando en realidad, de 15 años atrás a la fecha actual, cada año la Auditoría Superior de la Federación le practica a la institución cuando menos tres investigaciones contables, en la quien incluye una forense. Esta falsedad rochista que raya en lo ridículo le permitió a los periodistas pagados por el Gobierno Estatal crear el falso sonsonete de que en la Casa Rosalina hay un mal manejo financiero, en cambio, la ASF y la Secretaría de Educación Pública reconocen la transparencia y la rendición de cuentas que ejerce la máxima casa de estudios de Sinaloa.

Rubén Rocha le montó a Jesús Madueña Molina y a otros funcionarios de la UAS el delito de abuso de autoridad porque impidieron que la Universidad fuera auditada por la Auditoría Superior del Estado por carecer este ente de facultades para realizarle arqueos contables a los recursos federales, federalizados y propios de institución. También construyó la mentira del “caso de las tortillas”, un montaje que inició con la alharaca del gobernador de que él tenía en su poder una factura de 18 millones de pesos por la compra de ese alimento, lo cual resultó falso. Se descubrió que el mandatario estatal mintió descaradamente.

Rocha ha construido más mentiras, entre ellas la compra sin licitación de carnes en la UAS para la alimentación de los alumnos de las Casas de Estudiantes y de las brigadas que participaron en la cruzada estatal de vacunación contra el Covid-19. Esta falsedad al igual que otras han sido difundidas con amplitud por los medios a los que Rocha Moya paga millonarios contratos de publicidad, permitiéndole a él construir expedientes y llevar a los tribunales locales a los funcionarios de la UAS en donde los Jueces de Control tienen la consigna de tomar como verdades las invenciones para vincular a proceso y meter a la cárcel a los funcionarios uaseños.

La destitución de Jesús Madueña Molina de la Rectoría tiene su origen precisamente en una de las mentiras de Rubén Rocha, la cual dio paso a la fabricación, en la Fiscalía General de Justicia, de un expediente adulterado por la compra de tortillas que nunca existió en las proporciones difundidas por el mandatario estatal. La revisión de esa “carpeta de investigación” y las medidas cautelares dictadas contra el Rector en una encerrona judicial en un Juzgado de Consigna facilitó al gobernador removerlo del cargo. No hay duda, pues, Rocha quiere destruir a la UAS, tope en lo que tope.

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