Votos y mariposas. La teoría del caos en las elecciones mexicanas

Enrique Pons Franco

Esta semana se dieron a conocer los primeros resultados de algunos partidos políticos sobre la selección de candidatos para las elecciones populares en los distintos estados de la República, en particular los nueve cargos de gobernador que estarán en juego en 2024. Esto me hizo pensar en cómo se podría combinar la teoría del caos en estos escenarios. De eso quiero hablar.

En principio, la teoría del caos es un modelo desarrollado por el matemático estadounidense Edward Lorenz en los años 1960. En pocas palabras, se centra en comprender cómo pequeños cambios en las condiciones iniciales de un sistema pueden conducir a resultados sorprendentemente diferentes. En poco tiempo, este concepto se popularizó con la idea del “efecto mariposa“, que sugiere que el batir de las alas de una mariposa en Brasil puede desencadenar una cadena de eventos que afectan el clima en otras partes del mundo.

Por otra parte, la teoría del caos se ha aplicado en diversos campos, desde la meteorología hasta la economía y la biología. Por ejemplo, en meteorología, se utiliza para modelar sistemas climáticos complejos. También se ha aplicado en estudios económicos para entender fenómenos como las fluctuaciones del mercado. Su utilidad radica en revelar patrones impredecibles en sistemas aparentemente caóticos y proporcionar una comprensión más profunda de la naturaleza de la complejidad en diferentes disciplinas.

En el ámbito legal o político, la teoría del caos podría aplicarse metafóricamente para comprender la complejidad de ciertos sistemas y cómo pequeños cambios o decisiones pueden tener repercusiones significativas en el desarrollo futuro de un caso legal o en un proceso electoral. En otras palabras, la teoría del caos propuesta por Lorenz nos ayuda a comprender cómo pequeñas perturbaciones pueden tener efectos profundos en sistemas complejos, y puede revelarse la aparente aleatoriedad de las condiciones iniciales que caracterizan las elecciones y su sensibilidad a pequeñas fluctuaciones.

Ahora bien, los procesos electorales, que son de naturaleza compleja, se prestan naturalmente a la aplicación de la teoría del caos. Los numerosos factores que influyen en las elecciones, desde la selección de candidatos hasta las plataformas políticas y la percepción pública, forman un sistema dinámico donde, como se mencionó anteriormente, pequeños cambios pueden tener grandes efectos. En este contexto, la teoría reconoce que factores aparentemente sin importancia pueden causar diferentes resultados electorales y, por lo tanto, impulsa a considerar la sensibilidad a las condiciones iniciales.

Un ejemplo sorprendente de esta sensibilidad a las condiciones iniciales en las elecciones es el papel de los eventos mediáticos. Un simple giro en la información, una declaración mal interpretada o una revelación de último momento pueden tener un impacto desproporcionado en la percepción pública y, por tanto, en los resultados electorales.

La teoría del caos sugiere que esta sensibilidad ante acontecimientos aparentemente triviales es inherente al proceso electoral y que pequeñas perturbaciones pueden provocar cambios dramáticos en la dinámica política. De manera similar al concepto de “efecto mariposa” en la teoría, eventos aparentemente no relacionados pueden tener un impacto significativo en las políticas. 

Por ejemplo, pequeños errores en la implementación de campañas publicitarias o en la selección de candidatos pueden provocar reacciones inesperadas entre los votantes, afectar la percepción pública de los aspirantes y, en última instancia, cambiar el resultado. Este fenómeno pone de relieve la naturaleza no lineal de la política, donde las relaciones de causa y efecto no siguen una trayectoria predecible.

En el campo de la estrategia electoral, la teoría del caos enfatiza la importancia de la toma temprana de decisiones y que pequeñas desviaciones de los planes iniciales pueden tener graves consecuencias. La selección del tema de enfoque, la composición del equipo de campaña y la formulación del mensaje son condiciones iniciales que pueden dar lugar a diferentes desarrollos políticos. En este sentido, enfatiza la necesidad de una planificación estratégica sólida y una consideración cuidadosa de los efectos a largo plazo de las decisiones iniciales.

Por otro lado, si bien la teoría proporciona una perspectiva valiosa para comprender la complejidad de los procesos electorales, también presenta desafíos importantes en términos de estabilidad y previsibilidad. La imprevisibilidad inherente a los sistemas caóticos puede crear incertidumbre en las decisiones políticas y complicar la planificación estratégica a largo plazo.

Pero también existe la oportunidad de utilizar esta comprensión del caos para desarrollar estrategias políticas más adaptables y resilientes. Al reconocer la sensibilidad a las condiciones de referencia, los actores políticos pueden estar mejor preparados para adaptar sus enfoques en respuesta a cambios imprevistos. La capacidad de adaptación es un activo valioso en un entorno político caracterizado por la complejidad y la imprevisibilidad.

En otro sentido, desde la perspectiva de la teoría del caos, la selección de candidatos es similar a establecer las condiciones iniciales en un sistema dinámico complejo. Cada candidato representa un conjunto de características, políticas y experiencias que, similares a las condiciones iniciales de la teoría del caos, pueden tener un impacto desproporcionado en los resultados electorales. Este proceso de selección se convierte, por tanto, en un punto crítico que puede determinar el futuro desarrollo de la política del país.

La sensibilidad a las condiciones iniciales se refleja en la forma en que los candidatos abordan cuestiones importantes y se relacionan con los votantes. Los candidatos que logran comunicar su mensaje de manera efectiva pueden crear un efecto dominó en la percepción pública que influye en las preferencias de voto. Por lo tanto, la selección de candidatos con buenas habilidades de comunicación es un factor importante para crear condiciones iniciales favorables en el proceso electoral.

De manera similar, la selección de candidatos no sólo determina las condiciones iniciales sino que también influye en la estabilidad a largo plazo del sistema político. Los candidatos con un enfoque más inclusivo y adaptable pueden estar en mejores condiciones de navegar las complejidades de un entorno político caótico. Por el contrario, elegir candidatos estrictos o polarizadores puede contribuir a la inestabilidad, dar lugar a resultados electorales impredecibles y socavar la cohesión social.

La naturaleza fractal de la política también se refleja en la selección de candidatos. La calidad del liderazgo y la toma de decisiones a nivel local puede tener implicaciones más amplias e influir en la dinámica política a nivel nacional. Este fenómeno resalta la importancia de una cuidadosa consideración al seleccionar candidatos no sólo a nivel presidencial sino también en el Congreso y el gobierno local. 

En otras palabras, utilizando la metáfora del “efecto mariposa“, ¿podría la selección de un candidato a gobernador en un estado mexicano influir en las elecciones en un estado completamente diferente?

Reflexionar sobre las decisiones tomadas por estas personas nos lleva a reflexionar, cuestionar la rigidez de los enfoques tradicionales de la política. En un entorno caracterizado por la complejidad y la imprevisibilidad, la adaptabilidad y la apertura al cambio son virtudes fundamentales para los candidatos. La resistencia a la polarización extrema y la voluntad de encontrar soluciones cooperativas pueden ser factores importantes para crear las condiciones iniciales que fomenten la estabilidad y la cohesión política. Esto se debe a que aumenta la confianza en el candidato en un sistema caótico donde los pequeños acontecimientos pueden tener consecuencias impredecibles. Es un factor clave para crear condiciones iniciales que produzcan resultados más predecibles y estables.

En última instancia, la intersección entre la teoría del caos, los procesos electorales y la selección de candidatos nos impulsa a repensar nuestro enfoque de la política. Reconocer la complejidad de los sistemas políticos nos permite desarrollar una comprensión más matizada y adaptativa de la selección de candidatos. Este enfoque implica no sólo evaluar las plataformas políticas, sino también examinar cómo las características individuales, la comunicación efectiva y la adaptabilidad influyen en la creación de las condiciones iniciales que determinan el desarrollo futuro de la política de un país. También incluye consideración. Al reconocer la naturaleza desordenada de la política, en última instancia podremos trabajar hacia sistemas electorales más resilientes y representativos.

En resumen, aplicar la teoría del caos a los procesos electorales proporciona una perspectiva interesante desde la cual explorar las complejidades de la toma de decisiones colectiva. Desde la sensibilidad a las condiciones iniciales hasta la naturaleza fractal de la política, la teoría del caos revela la no linealidad y la imprevisibilidad que caracterizan a los sistemas electorales. Si bien esto presenta desafíos, también abre oportunidades para una planificación estratégica más flexible y adaptable.

Así, mientras llega el momento de ver cómo afectará la teoría del caos a las elecciones mexicanas, nos leemos la próxima semana.

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