Segundo informe de Rocha en el Congreso: entre el culto a la personalidad y el miedo a las protestas

Álvaro Aragón Ayala

Encapsulado, temeroso al reclamo público, de espaldas al pueblo, a las organizaciones civiles que demandan atención gubernamental y de los universitarios que exigen un alto a la persecución y a la criminalización judicial, Rubén Rocha Moya rindió, por segunda ocasión, su segundo informe de Gobierno -mal llamado ejercicio de rendición de cuentas-, ahora en el Congreso Local, zambutido en una agenda de culto a su personalidad, en la que predominaron los masajes al ego al gobernador de parte de los diputados de Morena, del Partido del Trabajo y del “grupo plural”, y las críticas de un legislador del PRI y dos del Partido Sinaloense.

Con la celebración apresurada, cuasi Ku Klux Klanesca, de su segundo informe del que el pueblo se enteró únicamente por la transmisión en vivo de la plataforma digital del Congreso Local y las “noticias” prefabricadas exprofeso por los medios de comunicación pagados por el gobierno estatal, Rubén Rocha mandó una lectura de que adora las reuniones en secreto, con sus cuates y su pandilla gubernamental, y reveló sus miedos al rechazo popular, a la manifestación pública, al regaño de la sociedad civil. Rubén Rocha encabeza un gobierno fallido caracterizado por la persecución y criminalización judicial de opositores políticos y funcionarios de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

La que sería la presentación del segundo informe se mantuvo en secreto, oculto, hasta las 10:30 de la mañana de este martes, hora en que la oficina de comunicación social del Congreso liberó vía digital la convocatoria a la “sociedad” y a los periodistas. A los 18 alcaldes ayer se les giraron invitaciones a una reunión con el gobernador programada para las 10:00 de la mañana. La realidad: se les concentró en Culiacán para después explicarles que se trataba del informe de Rubén Rocha Moya a celebrarse en el edificio del poder legislativo. Al diputado del PRI Luis Javier de la Rocha y a los legisladores del grupo parlamentario del PAS se les avisó del evento media hora antes de su inicio.

La celebración del segundo informe fue “decorado” con acarreados morenistas que fueron subidos a las butacas del palco para que gritaran porras al gobernador. La planta baja del recinto legislativo fue rellenada con los invitados “especiales”, magistrados del Poder Judicial, empleados de la Fiscalía General de Justicia, alcaldes y funcionarios del gobierno rochista. Los diputados prepararon el teatro legislativo ad hoc para el lucimiento del gobernador con una ronda de preguntas y respuestas preparadas, previamente acordadas, sólo ensombrecidas por las participaciones del diputado Javier de la Rocha y de las diputadas Viridiana Camacho y Alba Virgen Montes Álvarez.

El gobernador pronunció por primera vez su segundo informe de labores el sábado 2 de diciembre pasado en la explanada de la Unidad Administrativa del Gobierno Estatal, en la que encorralaron a menos de 10 mil morenistas, acarreados de los 18 municipios y de las colonias populares de Culiacán en camionetas y en más de 100 autobuses. Días antes, el miércoles 29 de noviembre, el gobernador, para no encarar, para no pasar por una valla de universitarios que se apostaron en las afueras del Congreso Local, decidió suspender la lectura del informe, alegando, por voz de los diputados de Morena, que “no había condiciones de seguridad”.

Ahora, en la “rendición de cuentas”, cuya agenda fue ocultada a la sociedad, al pueblo, Rubén Rocha leyó el mismo documento del día sábado, eliminando algunas expresiones que lo colocaron en el ridículo y que provocaron en cadena reacciones para instalarlo en el rango de mentiroso. No dijo nada nuevo. O lo que es lo mismo: no tuvo nada que informar, sólo cumplió con el montaje del lambiscón protocolo legislativo que tuvo sus “prietitos en el arroz”. Ahí, el gobernador reflejó el bajo nivel de consciencia social y política al esconder y minimizar problemas graves que laceran a la sociedad como es el estado de inseguridad infernal que viven los sinaloenses.

El segundo informe rayó en un circo legislativo de culto a la personalidad del gobernador, en el que los diputados morenistas y sus aliados le dieron masajes al ego como si se tratara de batir los récord Guinness de la lambisconería, llegando al grado de que el diputado Feliciano Castro Meléndrez pronunció un discurso ajotadón, con retazos chabacanos de lo que para él es el humanismo “filosófico” de la Cuarta Transformación. Fuera del jolgorio morenista, el diputado De la Rocha reclamó el por qué el gobernador no interpone una demanda contra Quirino Ordaz Coppel que defraudó al fisco con mil 600 millones de pesos y la diputada Alba Virgen reprobó, de plano, al gobierno rochista.

Del informe tras bambalinas, se puede recoger una “noticia” para la deshonra democrática titulada “Congreso del Estado, sin protesta ante comparecencia del gobernador”, difundida por un periódico que recibe millones de pesos de “publicidad” del gobierno estatal, información que una vez decodificada trasluce, revela, los miedos y debilidades del gobernador, el terror del mandatario a la manifestación y la protesta pública. Rubén Rocha mandó, pues, la lectura de que optó por vivir en su falsa narrativa de la “transformación”, en medio del apapacho de los aduladores, mientras el estado se deshace en sus manos.

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