¡ALERTA! Mexicanos en la indefensión

Leopoldo Mendívil

Amis lectores suele aburrirles esto de los trabajos legislativos, porque los ven distantes, aunque luego les caigan de peso. Pero el asunto que le trataré es de tal gravedad y trascendencia para todos los mexicanos, que espero me lean hasta el final.

Henos aquí que usted quiere despedirse del Senado cimentando el segundo piso del autoritarismo cuatroteísta. Carambola de dos bandas hace usted, congraciándose con don Andrés y doña Claudia Sheinbaum.

Me refiero a su proyecto de decreto para dejar prácticamente en letra muerta a la Ley de Amparo (Decreto para reformar diversos artículos de la Ley de Amparo y la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución).

Sorprendente fue que usted presentó su propuesta el 3 de abril y, para ayer, ya estaba analizado y dictaminado por las Comisiones Unidas de Justicia y Estudios Legislativos, sin cambiarle ni una coma.

Para mí que en las Comisiones fue ignorada la oposición, lo cual es una contradicción con lo que usted plantea en la exposición de motivos; que una ley debe ser “el resultado de un proceso deliberativo democrático” y “reflejar la voluntad popular.” En su proyecto, la única voluntad reflejada es la de don Andrés, porque mediante amparos se echaron abajo varias de sus iniciativas; si eso ocurrió fue porque eran inconstitucionales. ¿O me va a decir que los mexicanos, los abogados y los juristas le pidieron que se anulara en la práctica la posibilidad de ampararse ante los actos de la autoridad?

Se queja usted de que en el Poder Judicial “se han concedido suspensiones con efectos generales en contra de leyes expedidas por el Poder Legislativo. (…) Su aplicación (de las suspensiones) ha sido inconsistente y a veces arbitraria.” Pues mire, don Ricardo, dígale a sus colegisladores que hagan bien su chamba y no solo busquen complacer a AMLO. Si usted cree que velar por la Constitución es arbitrario, pues no sé qué versión de la Carta Magna lee usted.

Para no entrar en los galimatías jurídicos, me pemitiré a través de un ejemplo, explicar en cristiano qué pasaría con las modificaciones que MORENA pretende.

Echemos atrás el reloj, cuando el presidente envió al Congreso su propuesta de Reforma Política (RP) y fue mayoriteada por los morenistas. Solo como breve recordatorio, dicha reforma desaparecía al INE y devolvía la organización de las elecciones al gobierno, en aras de “la asuteridá”. La reacción fue enorme: marchas #ElINEnoseToca por todo el país y promoción de amparos por varias organizaciones ciudadanas y políticas.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación concedió la SUSPENSIÓN conta la RP; esto significó que no se aplicó la RP hasta que se analizara a fondo la ley y las cosas volvieron a como estaban antes de su aprobación.

Si la RP se hubiera aprobado ya existiendo las modificaciones que usted propone, no hubiera cabido la suspensión. Esto es, la ley se hubiera seguido aplicando hasta que la Corte resolviera de fondo el amparo; para cuando esto ocurriera, el daño ya estaría hecho. Con los meses transcurridos, el INE ya estaría desmantelado, el gobierno dispondría del Padrón de Electores y los recursos económicos para moverlos al gusto.

Un segundo agravante de su propuesta es que el amparo solo se concedería a las personas solicitantes y no se extendería a la generalidad de la población. Siguiendo el ejemplo, el amparo se hubiera dado solo a los promoventes (unos cuantos) y el resto de los ciudadanos nos hubiéramos quedado chiflando en la loma y sin INE. Lo que usted propuso es un atentado gravísimo a los derechos ciudadanos de salud, educación, medio ambiente, etc., y la libertad en todas sus acepciones,

Un tercer agravante es que su decreto ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. El dictamen asevera que “el juicio de amparo no debe ser utilizado como un mecanismo que limite el actuar y la función de un Poder constituido en detrimento de otro”. Entonces, ¿quiere dejar prácticamente sin materia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación? ¿Todo lo van a resolver el presidente y sus legisladores dóciles? ¿Eso es lo que usted entiende por equilibrio de Poderes y contrapesos?

El dictamen será enviado a la Cámara de Diputados y mucho me temo que los morenistas repetirán el numerito. Las próximas semanas nos enredaremos en un cúmulo de debates y pleitos… Como si no hubiera algo más constructivo qué hacer por México.

Mal, muy mal, don Ricardo.

Cuando usted llegó a la Cámara Alta, un amigo mutuo me expresó que su papel en el Senado sería tutelar la institucionalidad del Estado.

Cuán equivocado estaba nuestro amigo.

P.D. Ofrezco una disculpa a Claudia Sheinbaum, pues en el último párrafo de mi columna de ayer puse el nombre de su hermana (“doña Adriana”), en vez del suyo.

Con información de Crónica

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